
Ya sea que hayas decidido hacerte un cambio de imagen por tu cuenta o pagar por uno en un salón, debes conocer algunos consejos de cuidado básicos para el mantenimiento diario de la piel. La mayoría de los expertos coinciden que un régimen estándar de tres pasos es todo lo que necesitas para mantener tu rostro en buena forma. Si tienes una condición más seria en la piel, hay varias soluciones disponibles que requieren de un mayor cuidado.
Limpieza diaria
Si tienes la piel seca, deberás agregar un poco de humectación al rostro con el jabón. Busca marcas de jabón que contienen glicerina o un tipo de silicona, como la ciclometicona o dimeticona. Si tienes la piel grasa, deberás secarla con jabón. La grasa es como un pegamento que adhiere las bacterias y la suciedad al rostro. A su vez, esto obtura los poros y comienza el ciclo de erupciones y brotes. Usa un jabón que contenga ácido salicílico o peróxido de benzoilo para reducir los brotes. Si tienes la piel sensible, necesitarás algo más suave que los ingredientes típicos. Busca limpiadores que no tengan jabón, perfume y que no sean comedogénicos. Si tienes la piel normal, usa jabones que contengan lanolina u otros ingredientes sin aceite que no sequen en exceso la piel. Muchas mujeres tal vez deben pasar por una rutina de limpieza de la piel dos veces: una para comenzar el día luciendo mejor y nuevamente en la noche para quitar el maquillaje antes de acostarse. Los expertos de indicarán que esta es una opción personal. Sin bien es posible que dañes la piel si la frotas y la exfolias en exceso, siempre debes lavarla antes de acostarte para quitar el maquillaje y la suciedad del día.
Tonificación diaria
La tonificación es el proceso de quitar las células muertas de la piel del rostro para que la capa visible tenga células nuevas, brillantes y saludables. El ser humano promedio genera una capa nueva de piel cada dos o cuatro semanas. Puedes mejorar mucho el cutis eliminando las células muertas y el exceso de aceite con un tónico. Este último también ayuda a equilibrar el pH de la piel después de limpiarla.
Humectación diaria
Después de haber limpiado y tonificado el rostro, deberás repararla un poco. Las dos primeras etapas pueden ser un poco fuertes sobre la piel e incluso si usas productos especialmente diseñados para la química del rostro, se resecará un poco. Crea una barrera protectora en la piel recién cuidada. La crema humectante actúa en dos formas: agrega una barrera que contiene la hidratación en la piel y tomando el agua del aire. Un tipo actúa como un dique (humectante oclusivo) y el otro actúa como un humidificador (humectante hidratante). El humectante oclusivo más famoso es la vaselina. Los humectantes pueden incluir ingredientes como la urea o el ácido hialurónico.
Usar bloqueador solar
Hay dos tipos de rayos ultravioletas que pueden dañar la piel. Los primeros, los rayos UVA, son conocidos como los «rayos de bronceado» y se usan en muchas lámparas y fuentes artificiales de bronceado. Los rayos UVB son el tipo que causa las quemaduras solares. Si uses un humectante que contiene un factor de protección solar 15 o más alto para proteger la piel del daño por el sol. Si deseas un brillo que que no cause el daño que provoca el sol en tu piel. Las cremas de bronceado sin sol pueden agregar un color bronceado a tu piel sin provocar arrugas y la decoloración que puede ser el resultado de los rayos UVB.
Tratar las condiciones serias de la piel
Si estás sufriendo de acné o de psoriasis, necesitas un tratamiento profesional. Si tienes un acné leve o moderado, el médico puede recetarte tratamientos tópicos como el peróxido de benzoilo, el ácido salicílico y los retinoides para eliminar el sebo (una secreción aceitosa de la piel) y desbloquear los poros. La luz del sol y la luz ultravioleta también pueden ayudar brevemente con el acné, pero pueden dañar la piel. La psoriasis es otro trastorno de la piel que se produce en el 2 por ciento de los adultos. La condición se manifiesta a través de parches rojos en la piel que están cubiertos con escamas de color blanco plateado. Si bien la causa precisa de la psoriasis no es conocida, la mayoría de los investigadores cree que el problema es desencadenado por una reacción inmune anormal contra algún componente de la piel, las causas comunes pueden incluir el estrés, las lesiones de la piel y con menor frecuencia, algunos medicamentos, La reacción provoca que la piel crezca unas siete veces más que el ritmo normal. Un dermatólogo profesional o un médico puede tratar ambas condiciones.
Tomado de: ehowenespanol.com